sábado, 18 de octubre de 2014

HIJOS DE PERUN- Cap. 5

5-El día después


Estábamos preparando el viaje de Aleksei (ahora sabía de dónde había brotado la versión mística de sus contactos con seres de otros mundos); y perfeccionado la torre con sus sugerencias, así que ya casi disponíamos de energía ilimitada, pero todavía nos la estábamos reservando. Habíamos buscado como locos, hasta que alquilamos un equipo de detección ultrasónica y los encontramos en una cámara de cemento sellada a diez metros bajo tierra en un pabellón secundario, absolutamente todos sus documentos hasta el año 1917, el año en que dinamitaron la torre (y nos dejaron de regalo toda la estructura subterránea). Ya sabíamos que los documentos de Belgrado estaban en Rusia hacia al menos cuarenta años, pero no nos constaba que los hubieran abierto. El Gobierno nos acosaba permanentemente: habíamos logrado bloquear el sistema HAARP sin que hacker alguno les hubiera puesto un dedo encima, y manejando la resonancia Schumann habíamos frenado amenazas de terremotos graves en zonas de alta densidad de población, pero no tenían una sola prueba, y nosotros seguíamos siendo una inocente panda de loquitos frikis. Los drones zumbaban permanentemente sobre el complejo, pero siempre teníamos varios frikis en camiseta tomando sol y saludando a las cámaras, sabíamos que eso los sacaba de las casillas. Un día, trabajaba en teoría de la resonancia en un escritorio, y noté que Oksana, una de mis socias más cercanas, me miraba. No tenía buena cara, todas las noches lloraba hasta dormirme, mi corazón estaba partido pero a la mañana, me lavaba la cara, tomaba mi café y el cerebro pasaba a tomar el mando. Pero igual seguía sin sentirme bien, me sentía hinchada y se me había cortado el ciclo, ¿se me habría precipitado una menopausia con la radiación del viaje?¿Y si tenía un cáncer o algo así?
-A ti te pasa algo.- me dijo con su fuerte acento ruso, se negaba a hablar inglés con toda su alma, aunque no le quedara otra.
-No, no me pasa nada, estoy bien…- dije con poca convicción- Bueno, me había advertido que la exposición a alta tensión iba a causarme efectos a distancia en el tiempo, quizás es solo eso. Tendría que hacerme un chequeo para constatar que no haya alteraciones pos viaje.
-Me parece que es otro efecto a distancia, y no del millón de voltios. Y vas a necesitar el chequeo.-dijo dejando miles de puntos suspensivos y volvió a su trabajo.
Esa noche, Aleksei me llamó muy enigmático a su despacho; venía muy contento con la idea de viajar, pero esa noche había guardado la alegría en el bolso.
-Siéntate, Ana Laura, tenemos que hablar.-me senté intrigada y me sirvió café- Creo que no se la historia completa, y me gustaría que la completaras.
-No sé de qué me habla, Aleksei, trabajamos juntos, ¿qué me voy a guardar?
-Algo más…íntimo, podría decirse.- dijo detrás del escritorio, y se quedo mirando con sus ojos azules como el hielo ártico- Y con consecuencias.
-¿Quién le dijo algo, Oksana?- arriesgué, esa perra, le iba a arrancar los pelos si llegaba a moverme el piso.
-No, lo vemos todos; lo nuestro no es la biología, lo se, pero es demasiado evidente como para que se le pase a alguien observador. La opinión general es que estas esperando un hijo.
Mi silencio fue suficiente respuesta. ¿Por qué no lo había pensado?¿O lo estaba negando?
-¿Te das cuenta de cómo comprometiste la investigación dando lugar a un impulso, Ana Laura?- dijo y comenzó a pasearse por el despacho como un tigre, mientras yo quedaba cabizbaja en el banquillo del acusado- No voy a darte un discurso, porque tampoco hablar es lo mío; solo pienso que ya no puedes seguir en este proyecto. Te destinaremos a otro más teórico, o quedarás como asesora.- salté del asiento.
-¡No, por favor, no lo haga, Aleksei!¡Este proyecto es mi vida, por favor!
-¿Le prometiste que ibas a volver?- me senté llorando en silencio- Vamos, no llores, no se qué hacer con mujeres llorando, por eso estoy acá. Me estás dando una razón más para separarte; no te echo porque… Bueno, porque…Porque es su hijo, y va a ser nuestro guía algún día, por ende debe quedar dentro de la familia Wardenclyffe. Nada más, puedes retirarte; mañana te presentarás al departamento técnico del anexo 3.
(Después de que salió, Aleksei se quedó sentado en silencio; la envidiaba con todo el alma. Sabía que podía conocerlo, podía cenar con él y la élite, podía compartir conocimientos; pero sabía que jamás iba a tener el honor de llevar a su hijo en su vientre. Ese era el poder de la mujer. Pegó un puñetazo en el escritorio y se quedó fumando un cigarrillo detrás de otro hasta el amanecer.)
Retomé mi trabajo al día siguiente en un anexo teórico, donde se trabajaba en la forma de ubicar coordenadas para dar energía eléctrica a una zona determinada del planeta sin llamar la atención como forma de ensayo final de la torre; una vez terminado el trabajo, otros teslians desde Australia a Siberia estarían listos para cortar la energía de sus respectivas usinas el día y hora indicado; pero por el momento, estaba en el papel. En el anexo 3 se quedaron boquiabiertos cuando vieron que la heroína de unos meses atrás venía con su cajita de cartón, sus libros, apuntes y plantas a ocupar un triste escritorio frente a un monitor. Ah, y portando una pancita de más o menos unos cuatro meses, desterrada como una Magdalena pecadora. Primero me trataron fríamente, luego la envidia corrió como reguero de lava cuando comenzó a circular una versión libre de la historia que incluía hasta la idea de una intención previa y haber usado el proyecto como forma de dar cauce a mi delirio místico de ser una especie de Virgen María del nuevo milenio (se notaba que eran hipótesis quizás pensadas en voz alta por Aleksei, y eso era una minicomunidad),pero poco a poco, comenzó a plantarse una semillita de idea de que por fin podrían decir que realmente eran una comunidad con un aglutinante que todavía ni siquiera estaba cerca de nacer. Seguí llorando por las noches, ahora más que antes, comencé a alimentarme mal y a dormir peor, hasta que un día se acercó a mi dormitorio Louise, mi secretaria. La hice entrar y volví a echarme en la cama, ya la panza molestaba y la tristeza me quitaba fuerzas. Ella se sentó en el borde de la cama, era una chica sencilla de Wisconsin recibida en el MIT, y no le gustaba andar con vueltas.
-Te extrañamos, Ana; fue muy injusto lo que hizo Aleksei.- dijo apenada; yo solo me encogí de hombros, y me arropé en el acolchado; no sabía si el frío era externo o interno-Nos comentaban que no te estás cuidando; ni siquiera has ido al médico…
-Cuando me echaron nadie vino a verme, Lu.- dije, pensando en aquel que quizás estaría pensando en sus malos momentos que alguien tampoco cumplió.
-Aleksei nos prohibió tener contacto contigo terminantemente; amenazó con echar del proyecto a todas las mujeres, y desde entonces sólo han viajado él y Vanka. -Ivan, o Vanka, era el segundo ingeniero a cargo. Las perdoné, la razón era de peso- Venía a ofrecerte acompañarte a New York a ver un obstetra, y bueno, si no quieres ir a New York…- si, no quería ni pisar New York; tenía un buen seguro médico, pero no quería sufrir una sobredosis de soledad- Nos arreglaremos con un médico general del pueblo; pero no queremos dejarte sola; por momentos hasta pensamos en irnos todas las mujeres del proyecto por lo que te hizo.
-No vale la pena el sacrificio, Louie, no dejen su sueño de lado; y Aleksei…Bah, el karma no perdona.- dije y sentí que ya estaba hablando a través mío, como si fuera su médium.
-Ana, ¿qué puedo hacer para cuidarte, para que te sientas mejor? No puedo verte tan triste. ¿Quieres un poco de te? Traje unos bizcochos.
Se levantó y fue a la cocinita a hacer el te; vivíamos en las casitas refaccionadas que habían sido planeadas para los empleados originales de Wardenclyffe, que jamás habían llegado a ser estrenadas; formaba como un pequeño pueblo en la periferia del complejo, en la isla pelada por los vientos helados del Atlántico norte. El suministro de electricidad era autónomo totalmente, y cada casa tenía su receptor, muy parecido a las pantallas de energía solar que la CIA creía que usábamos. Me levanté de un salto: ya sabía cómo podía mejorar mi ánimo.
-Lu, ¿ tienen acceso a los generadores de campo todavía?
-A veces, pero la mayoría de los hombres se plegaron a Aleksei y siempre alguno ronda.-carajo, ahora una guerra de los sexos, lo que necesitábamos, me dije; qué poder tenían los celos y la envidia, mierda, pensé; pero teníamos que intentar comenzar a ganarlos de nuevo. Y solo cabía algo: que mi hijo fuera varón, porque si era una niña, la batalla iba a ser sangrienta.
-¿Qué posibilidades hay de un envío pequeño, como una carta…o una paloma?
-¿Una paloma?- primero me miró como si estuviera delirando, pero de golpe entendió:- ¡Ya se, la paloma blanca!¡Una paloma blanca, SU paloma blanca!-exclamó con alegría- ¡Si, vamos a hacerlo!-se sentó a tomar el te conmigo. Pero la euforia se le vino abajo enseguida:- Si, sabemos que la dichosa paloma llega, pero ¿cómo hacemos con esos tipos ahí?
-¿Y si tratamos de convencerlos de darle continuidad a la historia? Piensa; una paloma que no tendría que ser la misma, porque viven más o menos unos diez años; pero es la misma durante nada más y nada menos que ¡treinta años! O sea, es nuestra paloma, porque sencillamente no existe una paloma que viva treinta años. Si los convencemos que se trata de fusionar la historia con un dato constatable, capaz que los convencemos. No estaríamos cambiando la historia, la estaríamos creando.
-Y podrías mandarle mensajes con la paloma; bien pensado como siempre, Ana. Estaba pensando que una carta podríamos mandarla aquí mismo en el periodo en que estaba trabajando aquí; es un elemento estático, así que aparecería donde lo pusiéramos prácticamente sin gasto de energía; ni siquiera hay que calcular coordenadas espaciales. Creo que hay un criador de palomas mensajeras acá unos kilómetros, voy a buscarlo mañana; y voy a hablar con las chicas para comenzar a estudiar cómo convencerlos, vamos a tratar de llegar primero a los que no tomaron partido en contra de entrada y los que no se dejaron llenar la cabeza por Aleksei.
-Dijiste que habías traído bizcochos, ¿no?¿Donde están? Por favor, pídeme un turno con el médico del pueblo, ¿si?
Había vuelto a la vida. Esa noche ya no lloré; le escribí y le conté que pronto nacería su hijo.

Robert y Nikola paseaban por el jardín de la residencia de los Johnson; era la única forma de hablar en privado del tema del día, Katharine estaba tan furiosa que ni siquiera había salido a saludarlo (aunque a la tarde había recibido una airada esquela suya).
-Amigo, no se qué hacer contigo. Nos hiciste meter la pata en grande esta vez.
-¿Ahora resulta que no puedo cambiar de idea? No me digas, Luka.
-Si, pero ¿justo tenías que cambiar de idea nada menos que con la hija de Morgan? Está frenético, ya no se qué decirle, parecía que me iba a tirar con algo cuando se lo dije y la chica está llorando encerrada en su cuarto desde que se lo dijeron. Por favor, reconsidéralo. No dejes que una aventurera te haga cambiar de parecer; vas a perder un diamante por un vidrio de botella. Estuve haciendo averiguaciones por medio de mis amigos en Londres, y el tal diplomático lord Woodham no existe; no se de dónde sacó la invitación, pero estaba convencido cuando la vi, de que no la conocía. Quién sabe si no la robó para poder entrar a nuestro círculo.- dijo Robert; se sentía cada vez mas disgustado de que su amigo resultara estafado otra vez, pero quizás ahora con graves consecuencias. No había que meterse con gente de la talla, el poder y la escasez de escrúpulos de los Morgan, padre e hijo. Su padre, John Pierpont, había sido de la estirpe de guerreros inmisericordes que habían forjado Norteamérica sobre la sangre de nativos, negros, irlandeses y chinos; y Jack, el hermano, no lo era menos: ya despuntaba como un guerrero inmisericorde de las finanzas. Y capaces de todo. Pero Tesla estaba cerrado a razones, increíblemente hasta a él, quizás solo escuchara a Katharine, y ella no quería hablarle porque también se sentía estafada. Sólo lo escuchaba (o hacía como que) en silencio. Se detuvieron a encender cigarrillos y él dijo:
-Mi querido Luka, puedo decir con absoluta certeza que no es una aventurera, es una científica real y lo he comprobado personalmente; no soy tan ingenuo, puedo serlo en muchas cosas pero no en esto. Para una mujer en nuestros tiempos puede ser muy duro presentarse en un círculo sumamente limitado como el nuestro como soltera y libre; apenas la aceptaron a medias como universitaria. En París tal vez y despertando el escándalo tanto como la admiración, pero no acá. ¿La invitación? Quizás se la cedió una amiga y vio una oportunidad para intentarlo, yo también he intentado aprovechar oportunidades. Pero Norteamérica sigue teniendo el mismo espíritu que hace dos siglos por más que sea la meca tecnológica del próximo. De todas maneras, no es el tema: no se si sabes que ya ha regresado a su país, así que te darás cuenta de que esa no es la cuestión.
-Pero, ¿y entonces?¿Cual es el problema?- Robert ya comenzaba a marearse.
-El problema es que lo estuve pensando más detenidamente, y me di cuenta de que no tengo interés en crearme obstáculos, y el matrimonio implica obligaciones; en unos meses debo trasladarme a Niagara Falls quien sabe por cuánto tiempo, después quien sabe, ¿y crees que voy a arrastrar a una esposa a ese tipo de vida, o que voy a dejarla sola? Y por mi lado, ¿crees que voy a dejar mi trabajo por llegar a casa a las cinco? Aunque pudiera, lo sentiría en mi conciencia; y no puedo crearle obligaciones tan abrumadoras a una muchacha en la flor de la edad que tiene miles de excelentes partidos para elegir. No quiero una esposa, y les sugeriría dejar de insistir al respecto.
Se sentaron en un banco bajo los árboles; anochecía, y ya estaba fresco. Robert estaba haciendo sus mejores esfuerzos por no molestarse, pero le tenía demasiado aprecio.
-Nick, ya te he comentado, hay rumores y maledicencias, te han visto demasiado con ese tal Hobson, que no me agrada del todo, y no quiero…
-Tampoco, descártalo totalmente. Ni te molestes en imaginarlo. Ya estoy en matrimonio, y este matrimonio no es de nuestro mundo. O al menos, es del mío.

Entraron en la mansión; era casi de noche, había refrescado mucho, y casi era la hora de la cena. Subió a contarle a Katharine su conversación, para que aunque más no fuera los acompañara a cenar. Pero cuando su amigo tomaba una decisión y la defendía, era irreversible. A las pocas horas, la sobremesa se interrumpió violentamente por una noticia infausta: el laboratorio de Tesla ardía hasta los cimientos sin causa conocida. Aunque a Robert la noticia no le tomó por sorpresa.

jueves, 16 de octubre de 2014

Alturas vertiginosas

Señores, algunas de las ideas que he expresado pueden parecer muy dificiles de realizar; sin embargo, son resultado de un continuo esfuerzo de pensamiento y duro trabajo.Podrían juzgarlas mas justamente si hubieran dedicado su vida tan devotamente como yo.Con las ideas, es como cuando se trepan alturas vertiginosas:al principio, se siente disconfort y solo se desea bajar, pero a medida que los avatares de la vida van quedando lejos y la influencia inspiradora de las alturas va calmando la sangre, el paso se vuelve firme y seguro y se comienza a buscar alturas mucho mas vertiginosas.

TERAPIA MECÁNICA- (SIN FECHA- ALR.1898)

Mechanical therapy (terapia mecánica)

(un apunte colorido sobre electroterapia mecánica y digestión o La venganza de Mark Twain- no fechado, pero la controversia con D’Arsonval fue en 1898)
 

Con el fin de transmitir una idea clara de la importancia y el carácter revolucionario de este descubrimiento es indispensable hacer una breve declaración sobre terapia eléctrica.
Hace cincuenta años, mientras investigaba las corrientes de alta frecuencia desarrolladas por mí en ese momento, observé que producían ciertos efectos fisiológicos que ofrecen nuevas y grandes posibilidades en el tratamiento médico. Mi primer anuncio se propagó como el fuego y los experimentos se llevaron a cabo por un grupo de expertos aquí y en otros países. Cuando un famoso médico francés, el Dr. D'Arsonval, declaró que había hecho el mismo descubrimiento, se inició una acalorada controversia relativa a la prioridad. Los franceses, deseosos de honrar a su paisano, lo hacen miembro de la Academia, ignorando completamente mi publicación anterior. Resuelto a tomar medidas para reivindicar mi reclamo, me fui a París, donde conocí al Dr. D'Arsonval. Su encanto personal me desarmó por completo y me hizo abandonar mi intención, conforme con que quedara registrado. Demostré que mi revelación precedió a la suya y también que él utilizó mi aparato en sus manifestaciones. El juicio final queda para la posteridad.
 Desde el comienzo del crecimiento fenomenal del nuevo arte y la industria, algunos fabricantesfabrican diariamente cientos de equipos. Muchos millones están ahora en uso en todo el mundo. Las corrientes que éstas promueven han demostrado ser un tónico ideal para el sistema nervioso humano. Promueven la acción del corazón y la digestión, inducen sueño saludable, eliminan exudaciones destructivas de la piel y curan los resfriados y la fiebre por el calor que generan. Vivifican partes atrofiadas o paralizadas del cuerpo, alivian todo tipo de sufrimiento y salvar anualmente miles de vidas (electroestimulacion y TENS, señores-nt). Los líderes en la profesión me han asegurado que he hecho más por la humanidad con este tratamiento médico que con el resto de mis descubrimientos e invenciones. Sea como fuere, me siento seguro de que   la TERAPIA MECÁNICA, que estoy a punto de dar al mundo, será incomparablemente mas beneficiosa. Su descubrimiento fue hecho accidentalmente en las siguientes circunstancias.
Había instalado en el laboratorio, 25 South Fifth Avenue, una de mis osciladores mecánicos con el objeto de utilizarlo en la determinación exacta de diversas constantes físicas. La máquina fue atornillada en posición vertical para una plataforma soportada sobre cojines elásticos y, cuando es operada con aire comprimido, realiza oscilaciones por minuto absolutamente isócronas, es decir,con intervalos rigurosamente iguales de tiempo. Tan perfecto era su funcionamiento en este sentido que los relojes accionados por ella indican la hora con precisión astronómica. Un día, cuando yo estaba haciendo algunas observaciones, di un paso en la plataforma y las vibraciones impartidas a él por la máquina se transmitieron a mi cuerpo. La sensación experimentada era tan extraña como agradable, y le insté a mis asistentes a intentarlo. Así lo hicieron y quedaron desconcertados y complacidos como yo. Pero unos minutos más tarde algunos de nosotros, que habían permanecido más tiempo en la plataforma, sentían una necesidad inefable y acuciante que tenía que ser prontamente satisfecho (se ca**aron, bah; era vivo, los mandó a los asistentes a que se ca**ran), y luego caí en la cuenta de la maravillosa verdad. Evidentemente, estas oscilaciones rápidas isócronas estimularon poderosamente los movimientos peristálticos que impulsan los artículos alimenticios a través de los canales alimentarios. Por este medio se proporciona por tanto que sus contenidos puedan ser perfectamente regulados y controlados a voluntad, y sin el uso de medicamentos, remedios específicos o aplicaciones internas, sean cuales sean. Cuando empecé a practicar con mis asistentes la terapia mecánica solíamos terminar nuestras comidas rápidamente y volver corriendo al laboratorio. Sufríamos de dispepsia y diversos problemas estomacales, bilis, estreñimiento, flatulencia y otros disturbios, todos los resultados naturales del tal hábito irregular. Pero sólo después de una semana de aplicación, durante el cual he mejorado la técnica y mis asistentes aprendido cómo tomar el tratamiento a su mejor ventaja, todas estas formas de la enfermedad desaparecieron como por encanto, y durante casi cuatro años, mientras que la máquina estaba en uso, todos estuvimos en excelente estado de salud (otra que el activia). Curé una serie de personas, entre ellos mi gran amigo Mark Twain cuyos libros me salvaron la vida. Llegó al laboratorio en su peor etapa sufrimiento de una variedad de dolencias penosas y peligrosas, pero en menos de dos meses recuperó su antiguo vigor y la capacidad de disfrutar de la vida en la mayor medida. Poco después, una gran calamidad me ocurrió: mi laboratorio fue destruido por el fuego. Nada estaba asegurado y la pérdida del aparato y los registros no tiene precio, sufrí un shock terrible del que no me recuperé durante varios años. La interrupción forzada de la terapia mecánica también me causó profundo pesar. Había desarrollado un remedio maravilloso para los males de un valor inestimable para la humanidad y un aparato inventado que ofrecen posibilidades comerciales ilimitadas pero cuando llegué a considerar su introducción práctica me di cuenta de que era totalmente inadecuado. Era grande, pesado y ruidoso, llevaba un suministro continuo de petróleo, parte del cual se esparció en la habitación como rocío fino;el consumo de poder era considerable y requería una serie de accesorios objetables. Durante los años siguientes le hice grandes mejoras y finalmente he desarrollado un diseño que nada deja que desear. La máquina va a ser muy pequeña y ligera, opera silenciosamente y sin ningún tipo de lubricante, consume una cantidad insignificante de energía y será, que yo sepa, el dispositivo más bello jamás puesto en el mercado. La intención es mostrarla en acción en ocasión de mi recepción anual en honor de la prensa que ha sido, por desgracia, retrasada este año, y preveo que va a suscitar un gran interés y recibir gran publicidad. Si no me equivoco groseramente será introducida muy extensamente y, finalmente, habrá una en cada hogar.
La aplicación práctica de la terapia mecánica a través de mis osciladores afectará profundamente la vida humana. Al asegurar la perfecta regularidad de las evacuaciones, el cuerpo funcionará mejor en todos los aspectos, y la vida será cada vez mucho más segura y más agradable. Uno de los resultados más importantes será la gran reducción - que asciende posiblemente a setenta y cinco por ciento - en el número de paros cardíacos, que son causadas en su mayoría por algún trastorno agudo del proceso digestivo y el funcionamiento normal del estómago (evacuar regularmente ayuda de veras a bajar el colesterol que sería de ultima el productor de las enfermedades cardiovasculares). Otra mejora fundamental se deriva de la eliminación acelerada de excreciones tóxicas de los órganos afectados por la enfermedad. Es razonable esperar que a través de esta y otras acciones saludables, úlceras y similares lesiones internas o abscesos se curarán y podrían obtener alivio incluso en los casos de un cáncer u otro tumor maligno. Médicos y cirujanos expertos serán capaces de realizar verdaderos milagros con esas oscilaciones (si le hubiera interesado, ya los elementos componentes del electrobisturí estaban hechos). Estimula fuertemente el hígado, el bazo, los riñones, la vejiga y otros órganos y por estas acciones deseables deben contribuir no poco al bienestar. El tratamiento ayudaría especialmente a las personas que sufren de anemia de cualquier tipo. Pero el mayor beneficio deriva de que las mujeres que sean capaces de reducir peso sin las abstinencias habituales, privación, sacrificio de tiempo y dinero y las torturas que tienen que soportar ( tú también!!!). Ellas mejorarán mucho su apariencia, adquieren ojos brillantes y tez clara y puede predecirse con seguridad que el tratamiento a largo plazo traerá belleza femenina nunca antes vista. No se puede olvidar que la eliminación de un sinnúmero de medicamentos patentados y remedios específicos de todo tipo, por lo que millones de personas se condenan a sí mismos a una muerte prematura, será de beneficio incalculable a la humanidad.

(Nota: después se despreocupó del tema y se lo dejó a D’Arsonval.En ese entonces estaba muy en boga buscar soluciones milagrosas que no había en las nuevas tecnologías, casi tanto como ahora, pero fue el que más usos útiles dejó para el futuro; el resto se convirtió en charlatanería. El  TENS de alta frecuencia no puede usarse en cáncer, pero es un potente analgésico y antiinflamatorio en enfermedades artrósicas. Y ya que estaba, tuvo la idea del primer Slim Center y la dichosa plataforma vibratoria que tan de moda está).
OSCILADORES USADOS EN ELECTROTERAPIA

ALGUNAS EXPERIENCIAS PERSONALES- SCIENTIFIC AMERICAN, 5 de junio 1915

Algunas experiencias personales- Scientific American, junio 1915

Algunas explicaciones debidas a los reclamos hechos a su patente del motor de campo rotatorio.

Me alegro de que se haya dado esta oportunidad por dos razones. En primer lugar he deseado desde hace mucho tiempo expresar mi gran aprecio por la revista Scientific American y reconocer mi deuda para la información oportuna y útil que sus columnas están vertiendo en un flujo constante. Es una publicación notable por la alta calidad de los artículos especiales, así como por la revisión precisa de los avances técnicos. El conocimiento que se transmite siempre es fiable y se vuelve  aún más valioso a través de la observancia escrupulosa de la cortesía literaria en la cita de las fuentes. Los servicios que ha prestado en ayudar a la invención y difusión de la iluminación son inestimables. La revista Scientific American es una publicación periódica hábil y concienzudamente realizada, medida y digna en el tono hasta el punto de servir como modelo, y en estas características, tanto como en la riqueza y la excelencia de sus contribuciones,que refleja un gran crédito, no sólo en su personal y los editores, sino en todo el país. Esto no es un cumplido ocioso, sino un tributo genuino y bien merecido al que añado mis mejores deseos para el éxito continuo en esta ocasión memorable. La segunda razón es la que me preocupa personalmente. Muchas afirmaciones erróneas han aparecido en la prensa en relación con mi descubrimiento del campo magnético giratorio y la invención del motor de inducción, que me vi obligado a pasar en silencio. Grandes intereses han librado una larga y amarga lucha por mis derechos de patente;se despertaron animosidades comerciales y celos profesionales, y me hicieron sufrir en más de una forma. Pero a pesar de toda la presión y el esfuerzo de ingeniosos abogados y expertos, las sentencias de los tribunales fueron en apoyo de mis reclamaciones de prioridad en todos los casos sin excepción. Las batallas se han librado y olvidado, las treinta o cuarenta patentes concedidas a mí en el sistema de alternancia han expirado, se me ha liberado de las obligaciones onerosas y soy libre de hablar.
Cada experiencia que he vivido alrededor de ese descubrimiento temprano está vívidamente presente en mi memoria. Veo los rostros de las personas, las escenas y los objetos de mi atención, con una nitidez y distinción y en la plenitud de la luz, que es asombroso, y es una medida de la intensidad y la profundidad de las impresiones originales. Siempre he tenido la fortuna de las ideas, pero ninguna otra invención, por grande, podía ser tan querida para mí como la primera. Esto se entiende si me detengo brevemente sobre las circunstancias que lo rodean y algunas de las fases y los incidentes de mi vida joven.
Desde mi infancia me habían destinado al clero. Esta perspectiva colgaba como una nube oscura en mi mente. Después de pasar once años en una escuela pública y una institución superior, obtuve mi certificado de madurez y me encontré en el punto crítico de mi carrera. ¿Debo desobedecer a mi padre, ignorando los deseos más preciados de mi madre, o debo resignarme a destino?. El pensamiento me oprimía, y miré hacia el futuro con temor.Justo en ese momento una terrible epidemia de cólera estalló en mi tierra natal. La gente sabía nada del carácter de la enfermedad y los medios de saneamiento eran de la clase más pobre. Quemaron enormes pilas de arbustos olorosos para purificar el aire, pero bebieron libremente del agua infectada y murieron multitudes como ovejas. En contra de las órdenes perentorias de mi padre,corrí a casa y caí. Nueve meses en cama con apenas capacidad de moverme parecieron agotar toda mi vitalidad, y los médicos me dieron por muerto. Fue una experiencia angustiosa, no tanto a causa del sufrimiento físico, como por causa de mi intenso deseo de vivir. Con motivo de uno de los desmayos, mi padre me animó con la promesa de que me dejaría estudiar ingeniería; pero hubiera quedado sin cumplirse de no haber sido por una cura maravillosa suministrada por una anciana. No hubo fuerza de sugestión o misteriosa influencia en él. Tales medios no habrían tenido efecto alguno sobre mí, porque yo era un firme creyente en las leyes naturales. El remedio era puramente medicinal, heroico, si no desesperado; pero funcionó y con  un año de montañismo y vida en los bosques ya estaba apto para el esfuerzo físico más arduo. Mi padre cumplió con su palabra, y en 1877 entré en el Joanneum en Graz, Estiria, una de las instituciones técnicas más antiguas de Europa. Me propuse mostrar resultados que compensaran a mis padres por su amarga decepción debido a mi cambio de vocación. No fue una determinación pasajera de una juventud alegre;  tenía una voluntad de hierro. Como algunos jóvenes lectores de la revista Scientific American podría sacar provecho de mi ejemplo,lo voy a explicar.
Cuando yo era un niño de siete u ocho años leí una novela títulada "Abafi" -El Hijo de Aba-la traducción serbia del húngaro de Josika, un escritor de renombre. Las lecciones que enseña son muy parecidas a las de "Ben Hur", y en este sentido, puede ser vista como anticipatoria de la obra de Wallace. Las posibilidades de la fuerza de voluntad y autocontrol apelaron tremendamente a mi imaginación muy viva, y comencé a autodisciplinarme. Si había un pastel dulce o una jugosa manzana que me moría de ganas de comer,se la daría a otro chico y pasaría por las torturas de Tántalo, dolido pero satisfechos. Si hubiera alguna tarea difícil ante mí agotadora,la atacaba una y otra vez hasta que estaba hecha. Así yo practicaba día a día desde la mañana hasta la noche. Al principio me llamé a un esfuerzo mental vigoroso dirigido contra la disposición y el deseo, pero con el paso de los años, el conflicto disminuyó y finalmente mi voluntad y deseo se convirtieron en  idénticos. Es un dia a dia,, y en este se encuentra el secreto de cualquier éxito que he logrado. Estas experiencias están tan íntimamente ligadas a mi descubrimiento del campo magnético rotatorio como si formaran parte esencial de la misma; pero para ellos yo nunca habría inventado el motor de inducción.
En el primer año de mis estudios en la Joanneum me levanté con regularidad a las tres de la mañana y trabajaba hasta las once de la noche; ni los domingos o días de fiesta quedaban exceptuados. Mi éxito fue inusual y excitó el interés de los profesores. Entre éstos estaba el Dr. Allé, que dio una conferencia sobre ecuaciones diferenciales y otras ramas de las matemáticas superiores y cuyas orientaciones eran golosinas intelectuales inolvidables, y el Prof. Poeschl, quien ocupó la cátedra de Física, teórica y experimental. Siempre recuerdo a estos hombres con un sentimiento de gratitud. El Prof. Poeschl era peculiar; se decía de él que llevaba el mismo abrigo desde hacía veinte años. Pero lo que le faltaba en magnetismo personal,lo daba la perfección de su exposición. Nunca le vi perder una palabra o un gesto, y sus demostraciones y experimentos siempre fueron de precisión cronométrica. Una vez en el invierno de 1878 un nuevo aparato fue instalado en la sala de conferencias. Era una dinamo con un imán permanente laminado y una armadura de Gramme. El Prof. Poeschl había enrollado un alambre alrededor del campo para mostrar el principio de auto-excitación, y había provisto la máquina de una batería para hacerla funcionar como un motor. Cuando él estaba ilustrando esta última característica,saltaban vivamente chispas en el colector y escobillas, y me aventuré a señalar que estos dispositivos podrían ser eliminados. Él dijo que era imposible y comparó mi propuesta con la de un esquema de movimiento perpetuo, que divirtió a mis compañeros y me avergonzó mucho. Por un momento dudé, impresionado por su autoridad, pero mi convicción se hizo más fuerte y me decidí a trabajar buscando la solución. En ese momento mi decisión significaba más para mí que el voto más solemne.Emprendí la tarea con todo el fuego y la ilimitada confianza de la juventud. Para mi mente era simplemente una prueba de fuerza de voluntad. Yo no sabía nada de las dificultades técnicas. Pasé todo mi tiempo restante en Graz en un intenso pero infructuoso esfuerzo, y casi me convencí de que el problema era insoluble. De hecho, pensé, era posible la transformación de la fuerza constante de la gravitación en una fuerza de torbellino? La respuesta fue un rotundo no. Y  esto no es también una verdad de la atracción magnética? Las dos proposiciones me parecieron muy similares.
En 1880 fui a Praga,Bohemia, llevando a cabo el deseo de mi padre de completar mi educación en una universidad. La atmósfera de aquella vieja e interesante ciudad era favorable al invento.Los artistas hambrientos abundaban y la compañía inteligente se podía encontrar en todas partes. Aquí hice el primer paso distinta de antemano, separando los conmutadores de las máquinas y colocarlos sobre ejes distantes. Todos los días me imaginaba arreglos en este plan sin resultado, pero tenía la sensación de que me estaba acercando a la solución. En el año siguiente se produjo un cambio repentino en mi óptica de la vida. Me di cuenta de que mis padres estaban haciendo demasiados sacrificios para mí y decidí liberarlos de la carga. La ola telefónica estadounidense había alcanzado el continente europeo, y el sistema se iba a instalar en Budapest. Parecía una oportunidad ideal, y tomé el tren para esa ciudad. Por una ironía del destino mi primer empleo fue como dibujante. Odiaba el dibujo; era para mí la peor de las molestias. Afortunadamente no pasó mucho tiempo antes de que consiguiera la posición que buscaba, como jefe de electricistas de la compañía telefónica. Mis obligaciones me pusieron en contacto con jóvenes en los que me interesé. Uno de ellos era el Sr. Szigety, que era un notable ejemplar de la humanidad. Una cabeza grande con un horrible bulto en un lado y la tez cetrina le hizo claramente feo, pero desde el cuello, su cuerpo podría haber servido para una estatua de Apolo. Su fuerza era fenomenal. En ese momento yo me había agotado a través del trabajo duro y el pensamiento incesante. Me impresionó con la necesidad de desarrollo físico sistemático, y acepté su oferta para entrenarme en el atletismo. Nos ejercitabamos todos los días y ganaba rápidamente en fuerza. Mi mente también parecía hacerse más fuerte y como mis pensamientos se dirigieron al tema que me absorbía, me sorprendió mi confianza en el éxito. En una ocasión, siempre presente en mi recuerdo, estábamos entreteniéndonos en el Varos-liget o Parque de la Ciudad. Estaba recitando  poesía, de la que era un apasionado. A esa edad yo sabía libros enteros de memoria y podía leerlas de memoria palabra por palabra. Uno de ellos era Fausto. Era tarde en la tarde, el sol se estaba poniendo, y me acordé del pasaje:
"Sie rückt und weich, der Tag ist überlebt,
Dort eilt sie bin und fördert neues Leben,
Oh, das kein Flügel mich vom Boden hebt
Ihr nach und immer nach zu streben!
Ach, zu des Geistes Flügeln wird so leicht

Kein körperlicher Flügel sich gesellen!"
("El resplandor se retira, terminado es el día de trabajo
de prisa allí a la vista, los nuevos campos de la vida explorando;
Ah, que ningún ala puede levantarme del suelo
Tras su pista a seguir, seguir volando!
¡Ay! Las alas que elevan la mente sin ayuda
las alas para levantar el cuerpo me puede legar ".)
Mientras decía las últimas palabras, sumido en mis pensamientos y maravillado por el poder del poeta, la idea surgió como un relámpago. En un instante lo vi todo, y dibujé con un palo en la arena los diagramas que se ilustran en mis patentes fundamentales de mayo de 1888, y que Szigety entendio perfectamente.
Es extremadamente difícil para mí poner esta experiencia ante el lector en su verdadera luz y la importancia de que sea tan completamente extraordinaria. Cuando una idea se presenta es, por regla general, cruda e imperfecta. El nacimiento, el crecimiento y el desarrollo son fases normales y naturales. Con mi invención fue diferente. En el mismo momento fui consciente de ello. Lo vi completamente desarrollado y perfeccionado. Por otra parte, una teoría, por plausible, por lo general debe ser confirmada por el experimento. No así la que yo había formulado. Se está demostrando todos los días: cada dínamo y el motor son una prueba absoluta de su solidez. El efecto en mí fue indescriptible. Mis fantasías eran equivalentes a las realidades. Yo había llevado a cabo lo que había desarrollado y me figuré logrando la riqueza y la fama. Pero más que todo esto era para mí la revelación de que yo era un inventor. Esto era lo único que yo quería ser. Arquímedes fue mi ideal. Yo admiraba las obras de los artistas, pero en mi opinión, no eran más que sombras y apariencias. El inventor, pensé, da a  luz las creaciones mundiales que son palpables, que viven y trabajan.
La instalación del teléfono terminó y en la primavera de 1882 una oferta que acepté con entusiasmo me hizo ir a París. Aquí me encontré con un número de estadounidenses de quienes me hice amigo a quienes hablé de mi invención, y uno de ellos, el Sr. D. Cunningham, me propuso formar una empresa con fines de explotación. Esto podría haber sido hecho si mis deberes no me hubieran llamado a Estrasburgo, Alsacia. Fue en esta ciudad que construí mi primer motor. Yo había traído un poco de material de París, e hice un disco de hierro con rodamientos en un taller mecánico cerca de la estación de ferrocarril en la que estaba instalando la planta de luz y energía. Era un aparato en crudo, pero me dio la suprema satisfacción de ver por primera vez, la rotación afectada por corrientes alternas sin conmutador. Repetí el experimento con mi asistente dos veces en el verano de 1883, mi trato con los estadounidenses había dirigido mi atención a la introducción práctica y me esforcé por obtener capital, pero no tuve éxito en este intento y volví a París a principios de 1884 Aquí, también,hice varios esfuerzos infructuosos, y finalmente decidí ir a Estados Unidos, a donde llegué en el verano de 1884 por un conocido anterior por el que entré en Machine Works Edison, donde llevé a cabo el diseño de dinamos y motores. Durante nueve meses mis horarios normales eran de 10:30 AM hasta las 5 de la mañana del día siguiente. Todo este tiempo me estaba preocupando cada vez más por la invención y estaba haciendome a la idea de colocarlo antes que Edison. Todavía recuerdo un incidente extraño en este sentido. Un día en la última parte de 1884 el señor Batchelor , el director de las obras, me llevó a Coney Island, donde nos encontramos con Edison en compañía de su ex esposa. En el momento en que yo estaba esperando fuera propicio, yo estaba a punto de hablar cuando un vagabundo de aspecto horrible apartó a Edison, impidiéndome lograr mi intención. A principios de 1885,algunas personas se acercaron a mí con una propuesta para desarrollar un sistema de luz de arco y formar una empresa bajo mi nombre. Firmé el contrato, y un año y medio más tarde estaba libre y en condiciones de dedicarme al desarrollo práctico de mi descubrimiento. Encontré apoyo financiero, y en abril de 1887, se organizó una compañía con ese propósito, y lo que ha seguido desde entonces es bien conocido.

Unas pocas palabras hay que decir en lo que respecta a los diversos reclamos por la anticipación que se hicieron sobre la emisión de mis patentes en 1888, y en numerosas demandas realizadas posteriormente. Había tres concursantes para el honor, Ferraris, Schallenberger y Cabanellas. Los tres sucumbieron a la pena. Los adversarios de mis patentes avanzaron con el reclamo de Ferraris  con mucha fuerza, pero cualquiera que examinara su pequeño folleto italiano, que apareció en la primavera de 1888, y lo compare con el registro de patente presentada por mí siete meses antes, y con mi presentación ante el Instituto Americano de Ingenieros Eléctricos, no tendrá ninguna dificultad para llegar a una conclusión. Independientemente de estar detrás mío en tiempo, la publicación del Prof. Ferraris sólo contempla mi motor de fase partida, y en una solicitud de patente por lo prioritario fue otorgado a mí. Nunca sugirió cualquiera de las características prácticas esenciales que constituyen mi sistema, y ​​en lo que se refiere al motor de fase partida estaba muy decidido en su opinión de que no tenía ningún valor. Ambos Ferraris y Schallenberger descubierto la rotación accidental mientras trabajaban con un transformador Gullard y Gibbs, y tenían dificultad para explicar las acciones. Ninguno de los dos produce un motor de campo rotatorio como el mío, ni eran sus teorías la misma que la mía. En cuanto a Cabanellas, el único motivo de dicho reclamo era un documento técnico abandonado y defectuoso. Algunos amigos en un exceso de celo han interpretado una patente de Estados Unidos otorgada a Bradley como un registro contemporáneo, pero no hay fundamento alguno para tal afirmación. La solicitud original sólo describe un generador con dos circuitos que se proporciona con el único propósito de aumentar la salida. No había mucha novedad en la idea, ya que un número de estas máquinas existía en ese momento. Decir que estas máquinas eran anticipaciones de mi transformador rotatorio es totalmente injustificado. Puede ser que hayan servido como uno de los elementos en mi sistema de transformación, pero no eran más que las dinamos con dos circuitos construidos con otros fines en vista y en completa ignorancia de los nuevos y maravillosos fenómenos revelados a través de mi descubrimiento.

Como las fuerzas cósmicas moldean nuestro destino ( ¿La guerra provocó el terremoto de Italia?)-New York American,7 febrero 1915

Como las fuerzas del cosmos moldean nuestro destino  (¿La guerra causó el terremoto de Italia?)- New York American, febrero 1915

(Advertencia: nada que ver con astrología u otras yerbas; es un concepto absolutamente mecánico.Solo algo embarullado.Nt)

Todo ser viviente es un motor encastrado en la maquinaria del Universo. Aunque aparentemente afectada sólo por su entorno inmediato, la esfera de la influencia externa se extiende a una distancia infinita. No hay constelación o nebulosa, no hay sol o planeta, en todas las profundidades del espacio sin límites, en su vagabundo paso por los cielos estrellados, que no ejerza un cierto control sobre su destino-no en el sentido vago y engañoso de la astrología, pero sí en el significado rígido y positivo de la ciencia física.
Se puede decir más que esto . No hay cosa dotada de vida-desde el hombre, que está esclavizando a los elementos, a la más humilde criatura-en todo este mundo que no influya a su vez. Siempre que la acción nace de la fuerza, aunque sea infinitesimal, se altera el equilibrio cósmico y resulta en el movimiento universal.
Herbert Spencer ha interpretado la vida como un continuo ajuste al entorno, una definición de esta manifestación inconcebiblemente compleja, bastante de acuerdo con el pensamiento científico avanzado, pero, tal vez, no lo suficientemente amplia como para expresar nuestros puntos de vista presentes. Con cada paso adelante en la investigación de sus leyes y misterios nuestras concepciones de la naturaleza y sus fases han ido ganando en profundidad y amplitud.
En las primeras etapas del desarrollo intelectual del hombre era consciente de ser una pequeña parte del macrocosmos. No sabía nada de las maravillas del mundo microscópico, de las moléculas que lo componen, de los átomos que componen las moléculas y del cada vez mas pequeño mundo de los electrones dentro de los átomos. Para él, la vida era sinónimo de movimiento y acción voluntaria. Una planta no le sugería lo que nos es inherente -que vive y siente, lucha por su existencia, que sufre y disfruta. No sólo nos hemos encontrado que esto es cierto, sino que hemos comprobado que incluso la materia llamado inorgánica, que se creía muerta, responde a los irritantes y da evidencia inequívoca de la presencia de un principio viviente dentro. Por lo tanto, todo lo que existe, orgánico o inorgánico, animado o inerte, es susceptible a los estímulos desde el exterior. No hay brecha entre, sin solución de continuidad, ningún agente de vital importancia especial y distintiva. La misma ley rige toda la materia, todo el universo está vivo. La cuestión trascendental de Spencer, "¿Qué es lo que hace que la materia inorgánica se convierta en formas orgánicas?" ha sido contestada. Es el calor del sol y la luz. Dondequiera que esté hay vida. Sólo en los residuos sin límites del espacio interestelar, en la eterna oscuridad y el frío, se suspende la animación, y, posiblemente, a la temperatura del cero absoluto toda materia puede morir.
EL HOMBRE COMO UNA MÁQUINA
Este aspecto realista del universo perceptible, como un mecanismo de relojería herido y huyendo, prescindiendo de la necesidad de un principio vital hipermecánico, no necesita estar en desacuerdo con nuestros  principios religiosos y aspiraciones artísticas-esos esfuerzos indefinibles y hermosas a través de los cuales la mente humana hace esfuerzos por liberarse de  las ataduras materiales. Por el contrario, la mejor comprensión de la naturaleza, la conciencia de que nuestro conocimiento es verdadero, sólo puede ser aún más elevadora e inspiradora.
Fue Descartes, el gran filósofo francés, que en el siglo XVII, colocó el primer fundamento de la teoría mecanicista de la vida, no un poco de ayuda del trascendental descubrimiento de Harvey de la circulación sanguínea. Sostuvo que los animales eran simplemente autómatas sin conciencia y reconoció que el hombre, aunque poseedor de una calidad superior y distintiva, es incapaz de una acción distinta de las características de una máquina. También hizo el primer intento de explicar el mecanismo físico de la memoria. Pero en este momento muchas funciones del cuerpo humano no se entienden todavía, y en este sentido algunas de sus suposiciones eran erróneas. Grandes avances se han hecho ya en el arte de la anatomía, fisiología y todas las ramas de la ciencia, y el funcionamiento del hombre-máquina es ahora perfectamente claro. Sin embargo, el menor número de entre nosotros son capaces de rastrear sus acciones a causas externas primarias. Voy a adelantar que es indispensable para estos argumentos, tener en cuenta los principales hechos que yo mismo he establecido en años de estrecho razonamiento y observación, que se pueden resumir de la siguiente manera:
1. El ser humano es un autómata autopropulsado por completo bajo el control de las influencias externas. Aunque parecen intencionales y predeterminadas, sus acciones se rigen no desde dentro, sino desde afuera. Él es como un flotador sacudido por las olas de un mar turbulento.
2. No hay memoria retentiva o facultad basada en la impresión duradera. Lo que designamos como memoria está, pero es un aumento de la capacidad de respuesta a los estímulos repetidos.
3. No es cierto, como enseñó Descartes, que el cerebro es un acumulador. No hay registro permanente en el cerebro, no hay conocimiento almacenado. El conocimiento es algo parecido a un eco que necesita una perturbación para ser llamado a existir.
4. Todo conocimiento o concepto es evocado a través del ojo, ya sea en respuesta a las perturbaciones recibidas directamente en la retina o a sus efectos secundarios y reverberaciones más débiles. Otros órganos de los sentidos sólo pueden evocar sentimientos que no tienen existencia real y de los cuales no se puede formar ninguna concepto. (nota: extraño que esto lo diga alguien que creaba con sólo la imaginación, pero el concepto mecanicista le ganaba en estas etapas de su vida, aun respecto a si mismo.O como siempre digo, ¿es lo que se espera de un ingeniero?)
5. Contrariamente al principio más importante de la filosofía cartesiana de que las percepciones de la mente son una ilusión, el ojo le remite la semejanza verdadera y exacta de las cosas externas. Esto es porque la luz se propaga en línea recta y la imagen fundida en la retina es una reproducción exacta de la forma externa y, debido al mecanismo del nervio óptico, no puede ser distorsionada en la transmisión al cerebro. Lo que es más, el proceso debe ser reversible, que en decir, una forma traída a la conciencia puede, por acción refleja, reproducir la imagen original en la retina sólo como un eco puede reproducir la perturbación inicial. Si este punto de vista se ve confirmado por el experimento, la consecuencia será una inmensa revolución en todas las relaciones humanas y las áreas de la actividad.(este concepto contraría el de memoria eidética; además, la percepción puede ser distorsionada por la elaboración inconsciente.En fin, la fisiología no era lo suyo-Nt)
LAS FUERZAS NATURALES NOS INFLUYEN
Aceptando todo esto como cierto, consideremos algunas de las fuerzas e influencias que actúan sobre un motor automático tan maravillosamente complejo con órganos inconcebiblemente sensibles y delicados, llevado por el globo terráqueo girando en vuelo de un relámpago a través del espacio. En aras de la simplicidad podemos suponer que el eje terrestre es perpendicular a la eclíptica y que el autómata humano está en el ecuador.Que su peso sea ciento sesenta libras,entonces, a la velocidad de rotación de aproximadamente 1,520 pies por segundo con la que gira, la energía mecánica almacenada en su cuerpo estará cerca de 5.780.000 libras pie, que es aproximadamente la energía de unabala de cañón de cien libras. Este impulso es constante, así como aumenta el empuje centrífugo, que asciende a unos cincuenta y cinco centésimas de libra, y ambos probablemente no influirían marcadamente en sus funciones vitales. El sol, que tiene una masa 332.000 veces la de la Tierra, pero al estar 23.000 veces más lejos, atraerá al autómata con una fuerza de alrededor de una décima parte de una libra, alternativamente aumentando y disminuyendo su peso normal en esa cantidad.Aunque no sea consciente de estos cambios periódicos, sin duda es afectado por ellos. La Tierra en su rotación alrededor del sol se lo lleva a la velocidad prodigiosa de diecinueve kilómetros por segundo y la energía mecánica impartida a él es más de 25160 millones de libras pie. La mayor arma jamás se ha hecho en Alemania lanza un proyectil que pesa una tonelada, con una velocidad inicial de 3700 pies por segundo, la energía de ser 429 millones de libras pie. Por lo tanto el impulso del cuerpo del autómata es casi sesenta veces mayor. Sería suficiente para desarrollar 762.400 caballos de fuerza durante un minuto, y si el movimiento se detiene de repente, el cuerpo explotaría instantáneamente con una fuerza suficiente para llevar a un proyectil que pesa más de sesenta toneladas a una distancia de veintiocho kilómetros. Esta enorme energía, sin embargo, no es constante, sino que varía con la posición del autómata en relación con el sol. La circunferencia de la Tierra tiene una velocidad de 1.520 pies por segundo, que o bien se suma o se resta de la velocidad de traslación de diecinueve kilómetros a través del espacio. Debido a esto la energía variará de doce en doce horas en una cantidad aproximadamente igual a 1533 millones libras pie, lo que significa que las corrientes de energía en alguna manera desconocida dentro y fuera del cuerpo del autómata alcanzaría la tasa de aproximadamente sesenta y cuatro de caballos de fuerza.
Pero esto no es todo. Todo el sistema solar se mueve hacia la constelación de Hércules a una velocidad que algunos estiman en unos treinta kilómetros por segundo y debido a esto debería haber cambios anuales similares en el flujo de la energía, lo que puede llegar a la cifra terrible de más de cien miles de millones de libras pie. Todos estos efectos diferentes y puramente mecánicos se hacen más complejos a través de la inclinación de los planos orbitales y muchas otras acciones de masa permanentes u ocasionales.Este autómata está, sin embargo, sometido a otras fuerzas e influencias. Su cuerpo está en el potencial eléctrico de dos mil millones de voltios, que fluctúa violentamente y sin cesar. Toda la tierra está llena de vibraciones eléctricas en las que participa.La atmosfera lo aplasta con una presión de dieciséis a veinte toneladas, de acuerdo,a las condiciónes barométricas. Recibe la energía de los rayos del sol en intervalos variables a una tasa media de alrededor de cuarenta libras pies por segundo, y se somete a un bombardeo periódico de partículas del sol, que pasan a través de su cuerpo como si fuera un pañuelo de papel. El aire está repleto de sonidos que golpean en los tímpanos, y es sacudido por los temblores incesantes de la corteza terrestre. Está expuesto a grandes cambios de temperatura, a la lluvia y el viento.
Lo que es extraño entonces, cómo, en tan terrible confusión , en el quela existencia del hierro fundido parecería imposible, este delicado motor humano debe actuar de una manera excepcional. Si todos los autómatas fueran similares, reaccionaran en todos los aspectos exactamente de la misma manera, pero este no es el caso. Hay concordancia en respuesta a sólo aquellas perturbaciones que se repiten con más frecuencia, no a todos. Es bastante fácil de proporcionar dos sistemas eléctricos que, cuando se someten a la misma influencia, se comportarán de manera opuesta.
Así también dos seres humanos, y lo que es verdad para los individuos vale también para sus grandes agrupaciones. Todos dormimos periódicamente. Esto no es una necesidad fisiológica indispensable más que lo que parar a intervalos es un requisito para un motor. No es más que una condición impuesta gradualmente sobre nosotros por la revolución diurna del planeta, y esta es una de las muchas evidencias de la verdad de la teoría mecanicista. Observamos un ritmo o flujo y reflujo, en las ideas y opiniones, en los movimientos financieros y políticos, en todos los departamentos de nuestra actividad intelectual.
COMO COMIENZAN LAS GUERRAS
Sólo muestra que en todo,hay un sistema físico de inercia de masas implicado,ofreciendo una prueba más llamativa. Si aceptamos la teoría como una verdad fundamental y, además, extendemos los límites de nuestras percepciones sensoriales más allá de aquellos en los que nos hacemos conscientes de las impresiones externas, entonces todos los estados en la vida humana, sin embargo inusuales, pueden ser plausiblemente explicados. Unos pocos ejemplos se pueden dar en la ilustración. El ojo sólo responde a las vibraciones de luz a través de un cierto rango bastante estrecho, pero los límites no están claramente definidos. También se ve afectada por las vibraciones más allá, sólo en menor grado. Una persona puede, pues, tomar conciencia de la presencia de otra en la oscuridad, o a través de obstáculos intermedios, y las personas que trabajan bajo ilusiones atribuirían esto a telepatía. Dicha transmisión del pensamiento es absurdamente imposible .El observador entrenado observa sin dificultad que estos fenómenos se deben a la sugestión o la coincidencia. Lo mismo puede decirse de las impresiones orales, a los que la gente musical e imitativa es especialmente susceptible. Una persona que posee estas cualidades a menudo responde a choques mecánicos o vibraciones que son inaudibles.Para mencionar otro ejemplo de referencia  de interés momentáneo,puede hacerse a la danza, que comprende ciertas contracciones y contorsiones del cuerpo musculares armoniosas en respuesta a un ritmo. ¿Cómo llegan a estar en boga en este momento, se puede explicar satisfactoriamente suponiendo la existencia de algunas nuevas perturbaciones periódicas en el medio ambiente, que se transmiten a través del aire o el suelo y pueden ser de carácter mecánico, eléctrico o de otro tipo. Exactamente lo mismo ocurre con las guerras, las revoluciones y los estados excepcionales similares de la sociedad.Aunque lo parezca, una guerra nunca puede ser causada por los actos arbitrarios del hombre. Es siempre el resultado más o menos directa de una perturbación cósmica en la que el sol se refiere principalmente. (se ha estudiado la influencia de las perturbaciones solares sobre los devenires políticos internacionales.-Nt)
En muchos de los conflictos internacionales de registro histórico que se precipitaron por el hambre, la peste o catástrofes terrestres, la dependencia directa del sol es inconfundible. Pero en la mayoría de los casos las causas principales subyacentes son numerosas y difíciles de rastrear.En la guerra actual, sería especialmente difícil demostrar que los actos aparentemente deliberados de unos pocos individuos no fueron causal. Así es como la teoría mecanicista, fundada en la verdad demostrada en la experiencia cotidiana, se opone absolutamente a la posibilidad de un estado de ser algo que no sea la consecuencia inevitable de una perturbación cósmica.
La pregunta se presenta de forma natural en sí misma en cuanto a si existe alguna relación íntima entre guerras y levantamientos terrestres. Estos últimos son de decidida influencia sobre el temperamento y disposición, y pueden tener a veces un papel decisivo en la aceleración del choque, pero aparte de esto no parece haber ninguna dependencia mutua, aunque ambos pueden ser debido a la misma causa primaria. Lo que se puede afirmar con toda confianza es que la tierra puede ser sacudida a través de efectos mecánicos, tales como los producidos en la guerra moderna. Esta afirmación puede ser sorprendente, pero admite una explicación simple.Los terremotos son principalmente debido a explosiones o ajustes estructurales de dos causas subterráneas. La primera se llama volcánica, implica inmensa energía y es difícil de iniciar. Esta última se denomina tectónica; su energía es comparativamente insignificante y puede ser causada por el menor choque o temblor. Los frecuentes deslizamientos en la Culebra son los de este tipo.
LA GUERRA Y EL TERREMOTO

Teóricamente, se puede decir que uno podría pensar en un terremoto tectónico y hacer que se produzca como resultado del pensamiento, por sólo preceder a lograr que la masa esté en un equilibrio delicado. Hay un error popular en lo que respecta a la energía de tales desplazamientos. En un caso recientemente reportado como algo extraordinario, que se extiende como lo hizo en un vasto territorio, la energía se estima en 65.000.000.000.000 toneladas pie. Suponiendo incluso que todo el trabajo se realiza en un minuto, sólo sería equivalente a la de 7,5 millones de caballos de fuerza durante un año, parece mucho pero es poco para un cataclismo terrestre. La energía de los rayos del sol que caen en la misma zona es mil veces mayor.Las explosiones de minas, torpedos, morteros y armas desarrollan fuerzas de reacción sobre el terreno, que se mide en cientos o incluso miles de toneladas y se hacen sentir en todo el mundo. Su efecto, sin embargo, pueden ser enormemente magnificados por resonancia. La tierra es una esfera de una rigidez ligeramente mayor que la del acero y vibra una vez en aproximadamente una hora y cuarenta y nueve minutos. Si, como bien podría ser posible, las conmociones resultaran estar correctamente coordinadas, su acción combinada podría comenzar ajustes tectónicos en cualquier parte de la Tierra, y la calamidad italiana puede, pues, haber sido el resultado de las explosiones en Francia. Ese hombre puede producir este tipo de convulsiones terrestres está fuera de toda duda, y el tiempo puede estar cerca en que se haga con fines buenos o apropiados.

martes, 14 de octubre de 2014

HIJOS DEL RAYO- Cap. 4

Día 3

Bajé a desayunar con unas ojeras casi impresentables, no había podido casi pegar un ojo en toda la noche. Si llegaba a ver a lady Sylvia, la echaba; pero no sabía por qué milagro del Señor que tan inclemente se estaba mostrando conmigo, no apareció; el camarero me dijo que había salido aprovechando el buen tiempo a una excursión mezcla de diversión y curiosidad malsana a Coney Island (sabía que ciertas atracciones de la isla no tenían muy buena fama) y casi convulsiono de felicidad, ya bastantes problemas tenía en la cabeza. Con un block de papel carta del hotel y un lápiz me puse a diseñar un modelo esquemático de nuestro sistema de portal mientras tomaba el te; me quedé sentada en el restaurante, pedí algo de comer liviano y sin darme cuenta eran casi las tres; apenas tenía tiempo de cambiarme y ponerme un conjunto de tarde más o menos discreto. No me saqué el corsé (se notaba demasiado) pero sí me dejé los cordones bastante flojos, como en la noche de las convenciones, a la hora en que ya estaba harta del corsé y la santísima madre que lo parió. Me encaminé al laboratorio a pie, y cuando llegué al 33-35 de South Fifth (después Broadway West), golpeé la puerta y un señor bigotudo en mangas de camisa y chaleco (que reconocí como uno de los ingenieros que la noche anterior habían esbozado que era una pelandusca por estudiar y no quedarme en casa a cuidar mocosos) me abrió la puerta y subí la escalera; me saludó atento pero seco, se veía que ya había sido advertido de mi presencia por su jefe. Era un lugar fascinante, una especie de mezcla de laboratorio con estudio de alquimista y hechicero, lleno de aparatos enormes que no había ni imaginado en mi vida, inundado por una luz blanco azulada muy intensa que me hacía recordar la de los tubos fluorescentes, pero no tan cruda; él dibujaba algo en un tablero con una lámpara de bronce que, oh, no tenía cable alguno de conexión; los ventanales, muy grandes, estaban cerrados con persianas macizas de madera; echaba una mirada algo extrañada cuando me dijo:
-Los vecinos se quejan, por eso prefiero tener cerrado aún de día. ¿Pasó bien la noche, miss Ann? La veo algo pálida, ¿quiere un poco de café?- me dijo, sirviendo café de una cafetera que estaba loca o era eléctrica.
-Si, por favor; gracias. No descansé bien, he pasado un par de días muy animados, y no estoy habituada; esta ciudad es vertiginosa.-dije, mirando a mi alrededor como un búho; otros dos muchachos, posiblemente asistentes técnicos, trabajaban calibrando una máquina entre feroces chispas azules- Es tal cual me lo imaginaba, señor Tesla; la guarida del brujo.
-Nikola, por favor; o Nick, como me dicen a veces. Eso dicen en el barrio.-dijo sonriendo y siguió dibujando algo que me pareció un rotor de turbina bastante atípico. Tomé mi café, estaba muy bueno para darme coraje-Puede fumar si quiere, no nos molesta.-sacó una cigarrera de plata casi de señorita del bolsillo y me la tendió; tomé uno, después de todo, si iba a quedar varada en el siglo 19 no me iba a preocupar por un triste enfisema. Me explicó el diseño de la turbina, y antes de que comenzara con otro tópico, pasé al que mas me preocupaba: su conversación con los Johnson.
-Disculpe que me entrometa, ¿estuvo con sus amigos?
-Si, por supuesto que si.- me miró como extrañado de que me interesara mas lo que le parecía cotilleo de viejas que los avances de la ciencia- Hablarán con su padre esta noche, posiblemente nos encontremos, aunque tengo demasiado que hacer; estoy algo atrasado para fiestas.
-¿A usted le preocupa mucho el tema?
-Creo que le preocupa más a usted que a mí, Ann.-dijo con un leve toque áspero- Quiero tener un problema menos en la cabeza y usted lo agrega. Sume, no reste.
Fijó la mirada en su diseño algo alunado; había llegado la hora de intervenir.
-Tengo que hablar algo muy importante con usted, Nick. En privado, si es posible.- él ya me miró como si me hubiera desquiciado por completo.
-No hay ningún problema, ellos son parte de absolutamente todo lo que hago en mi vida pública.-dijo de una forma que me pareció sentir trazada a fibra gruesa la línea de la zona “pública” y que yo claramente pertenecía a esa zona. O a lo mejor, solo quería salvaguardar un poco mi ya vulnerada femineidad delante de sus asistentes y su colega criticón. En fin, si no les gustaba, que se jodieran, yo debía intervenir, me quedaban menos de 14 horas para arreglar la situación. Saqué el reloj-temporizador de mi bolsito, y se lo mostré.
-¿Sabe lo que es esto, Nick?- volvió a mirarme como si estuviera para el manicomio.
-Un reloj de dama, creo.-dijo con un toque irónico; le abrí la tapa contralateral, y le mostré el temporizador.
-¿Y esto?- trate de hacerlo sin levantar la voz para no llamar la atención, que creo que la había llamado ya bastante; la expresión de él cambió y lo tomó estudiándolo.
-Bueno…- se quedo analizándolo por los cuatro costados- decididamente no es un reloj, su numeración corre para atrás, su diseño…¿Lo hizo usted?
-No; esto es un temporizador, marca tiempos restantes con una alarma que, como usted ve, va a sonar en trece horas y cuarenta y tres minutos y se va a repetir quince minutos después. Es el tiempo que tengo para regresar al lugar de donde vengo, Nick; de Long Island, dentro de 156 años.- abrí la tapa del mecanismo interno y le mostré el diminuto motor eléctrico a batería. Levantó la vista y volvió a mirarme, murmurando algo que me pareció en serbio, lo cual debía ser alguna barbaridad (esas ocasiones únicas en que el idioma natal vuelve a la cabeza); pero en un instante recuperó cierto aire inquisidor, como reclamando más pruebas; ya estaba preparada, y saqué del bolso el minitaser y el Smartphone.
-Esta es una idea suya, Nick: es un arma de defensa personal.- apreté el botón y los 50 mil voltios brillaron en un destello azulado- Y esto, que se recarga con la energía solar, tiene múltiples funciones, comunicarnos, archivar, calcular, consultar bibliotecas enteras de información en todo el mundo. Sólo le pido que no los desarme porque los necesito.- le dejé todo arriba del tablero. Lo examinó brevemente y llamó a sus asistentes:
-Por hoy terminamos. Mañana recomenzamos a las siete.- los hombres se sacaron sus delantales de trabajo, su equipo de seguridad y salieron en silencio; él se levantó, buscó al ingeniero y él también se fue después de dedicarme una mirada de “ya sabía que era una liviana” mientras se ponía el abrigo. Fugazmente pensé que oh, había incluido la hora de mi partida en la cita a los asistentes para después. Volvió a sentarse después de volver a preparar la cafetera y solo me dijo:- Cuénteme más, Ann; tenemos trece horas. ¿Realmente viene de Argentina, o es su papel?¿Cual es su nombre?
-Soy nacida en la Argentina, si, y mi nombre es Ana Laura, mi tatarabuela era inglesa y su apellido era Anderson. Estudié en Columbia becada en ingeniería eléctrica, y actualmente trabajamos en sus proyectos, en Wardenclyffe, Long Island; ese nombre le va a sonar mucho en unos años.
-Dos preguntas: una, veo que todo lo que usted tiene es eléctrico pero trabaja con corriente directa, con baterías, lo cual me desilusiona un poco; otra, ¿acaba de decir “mis” proyectos?¿Usted quiere decir que dentro de ciento cincuenta años van a seguir investigando mis proyectos?
-No se preocupe, Nick; la corriente alterna ilumina el mundo entero. Sus patentes serán usadas, reusadas, corregidas, modificadas, adaptadas y vueltas a usar, pero serán las suyas; usted y nadie más definió el mundo del que vengo. Pero tenemos un problema: dos tercios de sus proyectos están perdidos todavía, y los necesitamos; fuimos recuperándolos con mucha paciencia durante décadas, y eso pasó porque usted nunca estableció un hogar, siempre vivió en hoteles y fue dejando miles de papeles en depósito por años, y los papeles que faltan pueden llegar a significar un salto de un milenio para la civilización, pero hay una cuestión: tienen que existir. Y si se casa con Anne Morgan, probablemente jamás existan. Y yo jamás voy a volver a mi mundo.
-¿Y por qué voy a dejar de crear por el hecho de casarme? No veo la relación.-dijo mientras manejaba el Smartphone abriendo apps con la destreza de un chico de 13 años.
-Una vida estable no es creativa, Nick; nosotros trabajamos noche y día; actualmente trabajamos veinte personas de distintas nacionalidades, la mayoría de Europa del Este, en turnos y por proyecto; yo estoy en el de portales, otros desarrollan otros proyectos. Ninguno está casado ni tiene familia, el que quiere casarse pasa a ser colaborador o asesor, pero no trabaja activamente; tenemos que estar dispuestos a pasar días y noches sin dormir, sin comer, sin bañarnos y hasta sin cambiarnos de ropa, y eso es imposible si se debe organizar un hogar, mas cuando se es mujer. No crea que la vida de la mujer ha cambiado mucho para entonces; el hombre no da lugar a la sociedad igualitaria por no perder espacios.
-¿Qué pasó con mis proyectos?
-Lo que están haciendo en Niagara Falls se multiplicará por miles en el mundo; después emprenderá estudios sobre la transmisión geoeléctrica en Colorado Springs, totalmente exitosos, pero muy poco comprendidos, y eso lo llevará a su proyecto más grande, el proyecto Wardenclyffe: la trasmisión por la ionosfera de energía gratis extraída de la Tierra para el mundo. Y ese proyecto es un clavo en el zapato para el padre de Anne; sépalo, van a impedirle que lo comience siquiera. Si no se casa, va a otorgarle un préstamo, pero no va a alcanzar, no va a querer extenderlo y cuando toque el cielo con las manos, se va a derrumbar. Y él va a tener un proyecto muy grande para financiar: la gran Guerra.
-Bien, postulemos que le creo. ¿Qué pasó con mis patentes en radiofonía?
-Marconi le plagió varias patentes para su aparato, pero el suyo es el primero; la Corte Suprema de los Estados Unidos fallará a su favor en 1943, Nick, pero se seguirá enseñando a los chicos en las escuelas por largo tiempo que la radio la inventó Marconi. Cuesta mucho trabajo hablar de usted en el mundo que le continuará, habrá tiempos en que será casi un tabú, pero es porque por momentos su obra excederá lo comprensible para las épocas.
-¿Voy a llegar a verlo? Dígame la verdad; hasta ahora todo fue correcto, y mire.- sacó de un cajón de papeles unos diseños bocetados: en ellos estaba la estructura externa e interna de la torre tal como la habíamos reconstruido-Es un proyecto, pero es mi hijo y mi don a la Humanidad.
-Nick, le juro que vamos a lograrlo; venimos enfrentando organismos gubernamentales hace años, hemos llegado a preferir que nos tomen por locos; pero piensan que es inútil, por eso nos siguen permitiendo trabajar ahí. El mundo está atravesando hace treinta años una grave crisis energética, que con la torre en funcionamiento se terminaría.
-Con la condición de permitirle la explotación de los derechos al gobierno de Estados Unidos o a alguna banca. Se de lo que habla.
-Nosotros también, todos los días vemos los drones sobrevolándonos, pero sabemos interferir la señal; usted lo inventó, y usted nos enseñó. Aparatos de vigilancia aérea telecomandados. Todos los días esperamos las Hummer negras de los servicios especiales del gobierno…Bueno, vehículos terrestres. La Norteamérica del hombre de a pie lo desprecia y lo ignora, la secreta lo usa y lo necesita.
-No respondió mi pregunta:¿voy a llegar a ver el reconocimiento de mi diseño?-dijo clavándome los ojos azules como estiletes. Me quedé en silencio un momento, y dijo:-Bien, me doy cuenta de que no lo veré. ¿Cuánto tengo por delante? No le tengo miedo a la muerte, la he enfrentado demasiadas veces en mi vida, y la veo a la cara cada vez que un millón de voltios pasa por mi cuerpo, así que adelante.
-Todavía tiene tiempo, mucho tiempo por delante; pero van a ser tiempos muy duros. No voy a darle fechas; sólo sepa que va a ver dos grandes guerras y que va a ser antes de 1945, nada más. No quiero condicionarlo.
-Tampoco va a lograrlo, ¿mas café?
Fueron horas de preguntas y respuestas, con los papeles expliqué el sistema de vórtices electromagnéticos que habíamos diseñado y la idea de los viajes sobre la teoría del multiverso; le fascinó la teoría de cuerdas y supercuerdas, que nos permitía trabajar con esa concepción del universo, tan increíble que también había sido rotulada de fantasía y seudociencia como sus propios descubrimientos; hablar de su propia teoría dinámica de la gravedad y darle la vuelta a la física cuántica significó varias cafeteras, pero en un momento me di cuenta de que todo lo que estaba mostrándole probaba los increíbles descubrimientos de los siguientes cuarenta años de su vida, descubrimientos que se tomaban como supercherías y disparates sólo porque todavía no había nadie que pudiera interpretarlos. Como si hubiéramos ido a la época de la peste bubónica y hubiéramos curado un moribundo con un mero ciclo de antibióticos; el amanecer del mundo moderno tenía sus sombras, y muy oscuras. Las horas volaron sin darnos cuenta; ya era entrada la noche, cuando me cansé.
-Bueno, ya me exprimió bastante, y no vi nada. ¿Como lo hace?
-¿Cómo hago qué? A esta altura, usted misma puede responder su propia pregunta, sabe más de mi que yo mismo.- dijo, encendiendo el penúltimo cigarrillo y me dio el último-Tome, tengo más.
-Creo que me estoy intoxicando; hace mucho tiempo que no fumaba, hay restricciones muy duras al cigarrillo incluso en espacios abiertos, y eso lleva a dejar el hábito. Hay que esconderse para fumar. De todas formas, mis compañeros rusos fuman y así varios fuman en el grupo. Nosotros, para manipular arcos voltaicos de gigavatios usamos cotas de malla, jaulas de Faraday, aislamientos especiales, ¿cómo usted puede dejarlo pasar a través suyo así nomas? Toda la vida quise ver eso.
-Será que soy el hijo de Perún. Cuando nací, mi madre dijo que era hijo de la luz, nací en medio de una tormenta eléctrica al caer un rayo; pero la gente del pueblo decía que era el hijo de Perún, el dios del rayo en nuestra mitología. -se rio y se levantó del taburete donde llevaba horas; fue hasta un oscilador mayor y lo encendió, y vi tres bobinas de dos pisos de altura y dos menores- No hay ningún misterio, solo hay que manejarlo con cuidado, en las condiciones adecuadas, después se las detallo y deslumbre a sus compañeros.- dijo y extendió la mano hacia una bobina; un rayo explotó con ruido de derrumbe, y se proyectó a su mano con el resplandor enceguecedor de un arco de soldadura- Puede dar molestias por días al que no está habituado, pero yo no siento nada; si se anima…- por un momento me abalancé, pero poco favor iba a hacer electrocutándome, yo no era él; me miró y extendió la mano:- Vamos, haga algo que no hace nadie: tome mi mano y vamos. No la suelte para nada hasta que yo le diga, se le va la vida en eso.-la tomé y sentí un hormigueo, estaba desconectado pero conservaba la carga todavía. Pero también sentí un nudo en el pecho que no tenía nada que ver con el campo electromagnético. Entró en contacto de nuevo, y sentí como un golpe en el pecho, y la sensación pronto dio paso a un relajante cosquilleo, era como estar en el fondo del mar, rodeados de una niebla azulada, el cabello flotando en el agua y …caray, estaba flotando de veras, tan intenso era el campo magnético que generaba que me había levantado al menos veinte centímetros del suelo; por un segundo pensé que había perdido tierra, pero estábamos cerrando circuito con la otra bobina, y era un instante mágico. Mientras, él se divertía mirándome.
-¿Le gusta?- apenas se oía en medio del trueno de la descarga, así que asentí con la cabeza, no quería romper el momento poniéndome a gritar como una descosida. De repente, me tomó por la cintura y me besó, así de simple. El tiempo se suspendió, sólo éramos los dos, y parecía perder noción de estar separados, sentía que éramos uno con el Universo, y creo que él también, esos momentos mágicos en que se desea que las estrellas detengan su marcha. Pero un olor a quemado y un chisporroteo nos sacó del Edén: las bobinas se estaban sobrecargando, y hasta las paredes temblaban, bueno, eso sí que fue hacer temblar la tierra, pensé. Él recuperó la compostura en un segundo, y solo dijo:
-¡No se suelte hasta que le diga!- bajó una mano y descargó a tierra, recién en ese momento pudimos despegarnos y caer pesadamente en la tarima aislante. Corrió a apagar el fuego que comenzaba a ganar uno de los osciladores, y yo me quedé sentada donde había caído, entre contracturada e impactada, llena de hormigas de todos los colores y gustos. Tenía lo suyo el tema, ahora entendía un poco porque las mujeres le daban completamente lo mismo sexualmente hablando; pero igual traté de romper el hechizo, sentía que iba por terreno pantanoso.
-Necesita matafuegos de nieve carbónica; solo necesita tubos de acero a presión, así que podría encargarlos. De paso, tendrá una nueva patente, todavía no existen. No le aconsejo el polvo químico de fosfato monoamónico, es un ambiente muy cerrado y es peligroso.
- Voy a tener en cuenta la sugerencia, con estos equipos es imposible usar agua, sería una catástrofe.- dijo sofocando el fuego con paños gruesos como lonas. Se sentó a mi lado y se quedó pensando en algo- ¿Se da cuenta de que sobrecargamos el equipo? Esto está preparado para diez millones de voltios, y la energía de dos seres humanos lo desbordó.
-Creo que esta energía fue lo que desbordó la máquina.- dije, y volví a besarlo; pero él seguía absorto en sus pensamientos, aunque no ausente. Me separó y apretándome los brazos, dijo exultante:
-¿Se acuerda de lo que hablábamos el otro día, del equilibrio del Universo?¡Esto es el equilibrio, lo conseguimos, somos las dos caras de la misma moneda, y eso es lo que se conjuga con la mecánica universal!¡Nunca lo había pensado!-volvió a sentarse serio, y encendió otro cigarrillo; el anterior se había consumido en vano en un cenicero-Pero no cualquiera, debe ser perfecto, la conexión debe ser perfecta; lo supe el primer día que la vi, Ann. Usted debe ser mi esposa, no tengo dudas.-nos miramos sin aliento- ¿Dejaría su mundo por mi?
¿Me había despertado esa mañana, estaba soñando, o Nikola Tesla me estaba proponiendo matrimonio? Sentía que mi cara se ponía como el fuego, ¿qué hacía? Mi corazón decía a gritos que si, pero mi cerebro estaba con mi equipo allá lejos en el tiempo.
-Por favor, seamos como Marie Sklodowska y Pierre Curie, se han comprometido para seguir trabajando juntos; si me dice que si, se que haremos historia de verdad, como se que ellos van a hacerla. ¿No ha pensado en el Nobel de Física, Ann? Usted y yo, Ann, podemos ser imparables, ¡podemos cambiar la Historia!
 Me abrazó con todas sus fuerzas, aún cargado de estática, ¡estaba rompiendo todas sus manías conmigo! Eso sólo podía significar que realmente yo era algo que escapaba totalmente a toda regla para él; quizás no me consideraba ni como mujer, sino como una especie de ser de otro universo, y después de todo, en cierta forma lo era. Pasó por mi mente todo el escenario: poder organizar sus descubrimientos, cuidar las patentes que él dejaba al viento, repatentar las que estaban por vencerse y serían robadas, conformar a los financistas como hacíamos en Wardenclyffe, con pequeñas patentes prácticas que les dejaran dinero para dedicarnos a lo grande sin depender de otros ni estar mendigando, adelantar miles de nuevas patentes, recrear la tecnología del siglo 20 y 21 que conocía de memoria….¡Le estaba torciendo ferozmente el brazo a la Historia! Pero ¿hasta dónde la sociedad de ese tiempo iba a tolerar el matrimonio con alguien aparecido de la nada en unos pocos días, porque se iba a saber que ni Ann Anderson ni Lord Woodham habían existido jamás y así iba a quedar reducida a los ojos de ese estrecho círculo a una simple aventurera, y desdeñando nada más y nada menos que la mano de una de las mayores herederas del mundo por mí?¿Hasta dónde íbamos a conseguir los fondos que necesitábamos si desairaba a la niña de los ojos de JP Morgan? ¿No iba a convertirse en una cadena de fracasos? Si necesitaba tiempo, sabía que disponía de una semana; pero eso debía frenarse ya. Era de esas cosas que no permitían el “dame tiempo para pensarlo”; sentía que las lágrimas me caían imparables, no podía hacerlo, pero tenía que hacerlo, y me sentía morir. Lo amaba con toda mi alma, sabía que me iba a derrumbar, nunca me había pasado algo así, con la mente completamente absorbida por la ciencia todo el tiempo, no había tenido jamás un novio ni una relación más o menos íntima ¿y tenía que pasarme esto?¿Amar a alguien del otro lado del tiempo? No podía parar de llorar, pero traté de recomponerme lo suficiente para hablar:
-Nick, no tiene idea de lo feliz que me hace, pero es imposible. La Historia ya está escrita, y ese círculo social que frecuenta es inflexible con los que rompen las reglas; no lograríamos nada, y usted perdería todo lo que todavía puede hacer. Mañana a la noche muy posiblemente sicarios de Edison, si no son de Morgan al enterarse de su marcha atrás con su hija, van a incendiar este laboratorio, de todo lo que nos rodea no van a quedar más que hierros retorcidos; pero todavía falta mucho por hacer. Sólo ponga a salvo sus papeles, ¿si? Es lo único que le pido; yo le doy mi amor incondicional por lo que me quede de vida.
El me miraba con los ojos brillando, como si fuera a echarse a llorar también; pero respiró hondo y se sacó un chevalier de oro que llevaba en la mano derecha.
-Acepto sus razones, Ann; son reales, puede valerme la condena social definitiva en esta sociedad puritana, más que supongo que ha viajado con una vida inventada y eso la pone en el papel de una meretriz aventurera francesa; y tengo muchos planes y aliados todavía. Pero yo también quiero darle mi voto definitivo.- me tomó la mano, y me deslizó el anillo, dos tórtolas enlazadas, en el anular-Con este anillo la desposo ante el Orden Universal que pongo por testigo; usted será mi esposa para siempre a través del espacio y el tiempo.
Nos abrazamos con todas nuestras fuerzas, ahora lloraba pero de felicidad, seguía siendo un sueño, un sueño cumplido. No me importaba mas nada, porque ahora sabía porqué había mantenido casi cincuenta años de celibato sin que nada lo obligara: por mí. Ya llegaba a pensar que no era un hombre, sino un Ser de una Inteligencia superior de otra galaxia; me daba cuenta porque no les había costado tanto a algunos místicos de la época creer que venía de Venus o de Marte. Lo miré a los ojos y le dije:
-Quiero llegar a destino en este viaje sentimental, Nick. ¿Está de acuerdo?
-Totalmente.- dijo, echando mano a la espalda del vestido; debajo de la supuesta abotonadura había una cremallera, para mí sola hubiera sido imposible ponérmelo.
-Es un zipper, ya está inventado pero se perfeccionará en unos años y tardará en usarse en ropa. Le regalo otra patente.-dije bajándome el cierre.
-No es lo mío. Que su dueño se haga cargo. ¿Ha leído sobre yoga tántrico?
-Si, algo. ¿Quiere enseñarme algo en la práctica?- dije, y nos besamos. Si esa noche tembló la tierra y hubo rayos, no fue solo por su culpa.

Un insistente pitido de alarma me despertó; por un momento creí que estaba en mi dormitorio en el campus de Columbia. En el momento siguiente me di cuenta de que lo que sonaba era el temporizador y me senté de un salto; él dormía sobre mi pecho, me había cubierto con mantas que usaba cuando a veces se quedaba a pasar la noche trabajando en el laboratorio.
-Dios, ¡me quedan quince minutos y estoy en pelotas, carajo!- grité en castellano absolutamente olvidada de dónde y con quién estaba; él se despabiló de golpe, estaba habituado y nunca dormía más de dos horas. Salté dentro del vestido como estaba, estaba con todo el equipo interior completo (ahora entendía porque las francesas habían inventado esos calzones abiertos), él me lo cerró y me eché encima el abrigo así nomás, bajamos corriendo las escaleras, y salimos a la calle oscura corriendo hacia Central Park por la Quinta. No había un maldito carruaje y se me retorcía el alma de desesperación, ¿qué, estaban de huelga?
-Pero ¿por qué nunca hay un coche cuando lo necesitas? –grité casi histérica. El me puso la mano en el hombro.
-Vamos, tranquila, ¿dónde es?
-¡El South Pond de Central Park!¡Dios, no llego!
-Estamos cerca, no se enloquezca, use esa energía para algo y comience a correr.
Echamos a correr, mejor dicho prácticamente él me arrastraba, hasta que comenzamos a ver las rejas del parque.
-Vamos, conozco una entrada sobre el estanque.- corrimos hacia allá mientras oía el ominoso pitido de los cinco minutos que faltaban para que Aleksei abriera el portal; me di cuenta de que me había dejado el Smartphone y el taser arriba del tablero, pero solo me importaba llegar. Llegamos y caímos sin aliento sobre el pasto húmedo de aguanieve junto al estanque. Cuando pudo hablar, me dijo:
-Por favor, prométame que voy a saber de usted, ¿si? Si vienen tiempos duros, no me deje solo.
-Se lo prometo, Nick.- nos besamos por última vez, había comenzado el conteo del último minuto- De alguna forma siempre va a saber de mi, ya me las arreglaré. Pero por favor, ponga a salvo los papeles, no los deje tirados por todos lados, ¿si?
-Busque en Wardenclyffe, Ann; van a tener una sorpresa. No se preocupe por el hotel y su equipaje, yo lo arreglo.
Nos besamos por última vez y me paré en el punto exacto junto al lago, al comenzar el conteo regresivo; comenzó a rodearme una burbuja de niebla azul celeste que fue intensificándose entre pequeñas descargas violeta, el azul comenzó a volverse más profundo hasta que se fundió con el azul de sus ojos, y le lancé en el último segundo el temporizador con un beso; ya no lo necesitaba.

Abrí los ojos, y sentí aplausos al apagarse el generador. Mis compañeros se abalanzaron sobre mí, los muchachos me palmeaban, las chicas me abrazaban, el viaje había sido un éxito. Aleksei se adelantó y me dio la mano:
-Felicito a la científica mas valerosa que ha dado este siglo; y ahora vamos a tomar un café, novedades, quiero novedades ya- dijo agitando su melena rubia de cosaco; me esperaban con un brindis, ya estaba saturada tanto de champan como de café, pero compartí una copa con mis compañeros, y solo les dije, antes de ir al despacho de jefe de proyecto de Aleksei:
-Chicos, pónganse a buscar, sobre todo bajo tierra y en las paredes, busquen en todo el complejo, denlo vuelta, ¡pronto!
-Ya oyen, ¡comiencen ya!-gritó el cosaco- Bueno, ya es suficiente festejo, necesito la crónica del viaje. Y de paso, explícame porque estas tan desaliñada, ¿rodaste por la calle? -en la euforia del momento no me había dado cuenta de que estaba hecha una piruja, tenía los pelos parados como el Sol de Mayo y la ropa toda torcida; y bueno, efectos secundarios del viaje en el tiempo, me dije y pensé que más valía omitir esa parte. Era científicamente irrelevante y si él jamás lo había compartido, no tenia porqué hacerlo yo; teníamos un voto, pensé tocándome el anillo en el dedo. Él lo notó:- ¿Un regalo?¿Te hizo un regalo?- asentí con una sonrisa de Gioconda- Bueno, hemos tenido más éxito del que esperaba.
-Al menos completé la misión; pero me dejé en su laboratorio el smart y el taser.- él me miraba con una mezcla de admiración y envidia mortal; no había teslian que no hubiera querido estar ahí, y él era uno de los más viejos que quedaban en campaña, había entregado a Tesla su vida personal; bueno, no quitaba que pudiera viajar él a conocerlo.
-Como si importara; vamos, que te quiero escuchar.